Justo Luis Álvarez Ávila, fundador de la Televisión Educativa

Publicado en por la mulatisima

La pedagogía es una vocación que no tiene límites de sacrificio y compromiso para el profesor Justo Luis Álvarez Ávila, fundador de la Televisión Educativa en Cuba, quien después de 44 años en el sector educacional continúa conquistando el corazón de sus estudiantes.

Así lo demostró este hombre de sencillo aspecto, desmesurada cordura y mística apariencia cuando en el comedor de su hogar, en la antigua barriada de Luyanó, contaba las anécdotas de su preparación personal y su vida profesional.

Oriundo del municipio de Matanzas, de la occidental provincia de igual nombre, con la edad de cinco años ya sabía leer y escribir sin haber recibido lecciones en escuelas, por lo que un año después, al mudarse para el barrio de Luyanó de la capital, comenzó sus estudios en la Escuela Pública Número 81 Baraguá con un año de adelanto.

Al terminar el sexto grado, narra el profesor, matriculó en la Escuela Primaria Superior Número 17 América para cumplir con la etapa de profundización de los contenidos de la primaria y prepararse para avanzar a una escuela media superior. En este período, con 14 años de edad, comenzó a sentir preocupación con la situación revolucionaria que se gestaba en el país.

"Sin pertenecer activamente en alguna organización creada por los estudiantes de la escuela participé en muchas de las manifestaciones convocadas en pro de la revolución", recuerda con desmesurado patriotismo.

Al triunfo de la Revolución, con motivaciones por carreras técnicas, aprobó los exámenes de ingreso a la Escuela de Artes y Oficios Fernando Aguado y Rico y matriculó en la especialidad de electricidad.

Desde el primer año formó parte de la Asociación de Estudiantes de la escuela para manifestarse a favor de los intereses de los alumnos y mejorar la calidad de las aulas y los talleres del instituto.

"Fue una etapa increíble -expresa Álvarez con un rostro tallado por la emoción que decae ligeramente- hasta que antes de culminar mi segundo año el centro cerró sus puertas en el año 1961 por la convocatoria a participar en la campaña de alfabetización".

Después de esta fase, decidió aceptar una segunda convocatoria y se incorporó al centro tecnológico militar José Martí en Boyeros para formarse como sub-ingeniero en la especialidad eléctrica. En su primera etapa,el programa comprendió un plan de nivelación de seis meses para estudiantes que procedían de la lucha clandestina y la lucha revolucionaria en la Sierra Maestra y no tenían una correcta preparación. Después se incorporó como fundador, en la segunda fase, al Instituto Tecnológico Hermanos Gómez, antiguo Colegio de Belén de los Hermanos Maristas para continuar con el estudio. "Este era un centro militar donde, además de la especialidad, se estudiaba artillería, allí me hice tirador de Cañón de Ataque Aéreo Doble 30 milímetros", explica, con respecto al sistema de programas de estudio.

A mediados de su preparación en el Instituto, en el año 1962, se produjo la crisis de octubre y desde el mes de septiembre la Batería Número 13, a la cual pertenecía, salió en la madrugada con rumbo desconocido en una caravana interminable por la Carretera Central hasta la antigua provincia de Las Villas, en el centro de la Isla.

"En algún lugar de aquella zona, lugar que nunca supe definir, precisa, mi batería estuvo custodiando una base militar de la Unión Soviética y después de la retirada de los rusos, estuvimos custodiando el aeropuerto de Santa Clara".

 



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