Buscarle amores a la tierra I

Publicado en por la mulatisima

Tras años de deterioro de los institutos politécnicos agropecuarios (IPA), la creación de las aulas anexas aporta luz en el propósito de entregarle fuerza calificada a la recuperación agrícola.

En la escuela, los alumnos reciben de los profesores la teoría necesaria. Su amor por los animales le viene desde pequeña; por eso cuando se decidió por esta carrera su mamá la apoyó, convencida de que tendría éxito. Alel Caraballo es de Artemisa. Lo que más le gusta es el ordeño de las vacas, lo mismo manual que mecánico.

Para ella la escuela es muy buena y también sus maestros. «Lo que lamento es que el año que viene voy a estudiar en mi municipio. Hay quien lo prefiere, para estar cerca de la casa, pero a mí me gusta más la beca», refiere.

Yariel Villega es también de Artemisa y confiesa que lo que más le gusta es poder curar animales. «Con los buenos profesores que tengo, me siento cada día más motivado. He aprendido mucho, por ejemplo sobre el despunte: Cuando pasa la vaca al cepo de ordeño, se lava la masa de abajo, no la ubre completa, y se echa de uno a tres chorros de leche,

para identificar si tiene mastitis clínica», dice.

La agricultura necesita del conocimiento tanto como de bueyes y machetes. No abundan aquellos que con amor, paciencia y delicadeza, como los que germinan en estos adolescentes, sepan descubrir la causa del malestar de un animal, la plaga que asoma en una hojita o hacer el injerto que dará una fruta más dulce.

La ausencia de fuerza de trabajo calificada está tan extendida como algunas malezas, lo cual dificulta la introducción de los avances tecnológicos.

Mientras el país toma medidas para redimensionar la agricultura en aras de ser capaces de producir la mayor parte de los alimentos que necesitamos, la formación de los técnicos y profesionales que tienen gran responsabilidad en esa labor arrastra aún el deterioro que sufrió en los años más difíciles del período especial.

El pasado año JR publicó la serie Los amores que le faltan a la tierra, fruto de un recorrido por los Institutos Politécnicos Agropecuarios (IPA) de las provincias de Camagüey, Ciego de Ávila y Granma, en el que constató una gran preocupación entre profesores y alumnos acerca de la preparación que recibían estos últimos para luego enfrentar su vida laboral.

Escasez de base material de estudio y alto deterioro constructivo de los planteles, así como falta de interés de algunas instituciones pertenecientes al Ministerio de la Agricultura para acoger al alumno durante sus prácticas, fueron una constante en cada centro visitado.

Todo ello provocaba que una buena parte de los que se graduaban se iban sin dejar rastro, mientras que aquellos que aún estudiaban se sentían carentes de conocimientos e insatisfechos con el modelo de enseñanza.

Las autoridades educacionales han informado que en el próximo curso escolar se estudiarán especialidades agrícolas en casi todos los municipios del país. Ello motivó a nuestro diario a realizar una nueva indagación sobre los IPA.

Estos, al igual que los politécnicos industriales, han tenido que recurrir a las aulas anexas para resolver la carencia de docentes y de base material de estudio.

Pero no es este el único cambio para esos centros. Una transformación importante es que pasarán a ser externos, lo cual elimina una de las barreras que los hacía menos atrayentes para los jóvenes.

Con los genes de la tierra

En la empresa pecuaria genética Los Naranjos, del municipio habanero de Caimito, el IPA Simón Bolívar tiene un aula anexa. Allí realizan sus prácticas los estudiantes para técnicos de nivel medio en Zootecnia veterinaria.

Los muchachos cuentan con una vaquería que tiene varias áreas para el alimento animal: de pastoreo con king grass, de forraje y de caña. Esta posee 54 animales, de esos 28 vacas en ordeño y 32 novillas.

Raúl Vázquez, técnico alimentador de esa granja, imparte la asignatura Trabajo de la producción agropecuaria, lo cual alterna con su labor habitual.

«Les explico lo relacionado con las labores agrícolas. Cómo hacer los canteros, cómo elaborar el compost y cuándo se aplica al suelo; el tipo de pasto que predomina… Aquí el estudiante aprende la rutina del trabajo. Ayudan a baldear la vaquería, a chapear… Les insisto en el cuidado que deben tener con los animales, el enyugue y desenyugue para el buen manejo, y que a su vez estén protegidos de un golpe».

La agronomía del amor

La Habana tiene un gran peso en la producción de alimentos. Desarrollar la vocación en los jóvenes por la Agronomía es un desafio para la fromacion vocacional.

 

Roberto Rodríguez, subdirector que atiende esta enseñanza en la provincia, expresó que ambos ministerios, Educación y Agricultura, han diseñado una estrategia para motivar en los adolescentes el estudio de especialidades agronómicas.

«Les pedimos que los jóvenes que participaron en el reciente Congreso de la ANAP pasen por las secundarias básicas. No es solo decir lo difícil que resultan la agricultura, el sol, la lluvia… no. También hay que hablar del amor a la tierra y de lo que representa económicamente trabajar el campo. Y los artículos que están saliendo en la prensa, que se discutan en las escuelas.

«Creo que nos falta muchísimo por hacer en el tema de formación vocacional; todavía no se ha interiorizado muy en serio por parte de los organismos y también de nosotros, la necesidad de hacer ese trabajo.

«Cuando usted se dirige a un joven y le explica cuál puede ser su futuro a partir de la especialidad por la que opta, lo motiva, lo compromete, y eso nos ha faltado. Hay que trabajar de manera especial, por ejemplo, con Agronomía».

El plan de la provincia para el próximo curso es de 600 plazas para esa especialidad, que abrirá en los 19 municipios, con lo cual disminuirá la cantidad de alumnos internos.

Rodríguez refirió que esa especialidad se estudiaba antes solo en cuatro municipios. «Veterinaria, que se impartía en un centro, estará en 14 territorios; Contabilidad en 18, Termoenergética en tres; y hay especialidades que se inician, como Mecanización de la producción agropecuaria, Forestal, Transporte marítimo y Gestión de capital humano.

«Algo nuevo también son más de 900 plazas para obreros calificados en albañilería, tornería, mecánica, soldadura, carpintería y obrero agrícola. Nos preocupaba su aceptación, y sin embargo han tenido una buena acogida».



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